Gracias a los avances tecnológicos tanto en la fabricación de materiales de construcción, como en las mismas técnicas y procesos para edificar, los diseños que crean tanto arquitectos como diseñadores son cada vez más factibles de realizar sin hacer adecuaciones, dejando intacta la idea original de los expertos, creando residencias y edificios que parecen realmente salidos de un sueño.
Casa LA 356 del estudio RIMA Arquitectos ha podido ser realizada gracias a estos avances, creando una casa que conjuga y exhibe la íntima relación entre los métodos constructivos y el diseño de los espacios. Una residencia que es el producto de la gran creatividad de los expertos, dejando en claro que el único límite para el ser humano es su imaginación.
La residencia se encuentra en el borde de un acantilado, en el Estado de México, pero parte de ella se encuentra asentada sobre suelo firme, mientras que la otra parte está prácticamente colgada sobre la barranca en la que se encuentra. La gran volumetría que se asienta sobre el suelo le da una gran presencia y una estabilidad visual que simplemente resulta impactante.
Pasamos a la parte que da hacia el acantilado, donde la casa se va apoyando por medio de plataformas en un terreno accidentado, de pendiente muy pronunciada, lo cual se aprovechó al máximo para lograr vistas hacia el paisaje natural que rodea al predio que son totalmente sorprendentes. Estructuras metálicas ligeras, recubiertas de madera hacen las veces de terrazas y balcones, mientras que las plataformas bien cimentadas en la roca del cerro, ayudan a soportar las estructuras de acero y concreto que le dan forma a los espacios habitacionales que forman esta increíble casa.
La residencia aprovecha el paisaje natural que la rodea, convirtiéndolo e integrándolo como parte del diseño. Un espacio semi-circular brinda las mejores vistas de este paraíso bucólico, dando una panorámica inigualable que se puede disfrutar desde el interior de la casa o saliendo al deck de madera para también gozar del aire fresco de la montaña.
Al interior del espacio mencionado en la imagen anterior, encontramos un diseño de interiores sofisticado pero sobrio, con una elegancia única y distintiva.
Todo está perfectamente colocado y pensado para tener un disfrute pleno de las vistas panorámicas que desde aquí se pueden gozar, hasta la chimenea colgante se vuelve parte de toda esta experiencia visual, que sin duda, es un agasajo para sus residentes día con día.
La recámara principal parece estar suspendida sobre el bosque justo al lado de la montaña, dando la sensación que la estructura realmente está flotando, sin ningún soporte. Gracias a su gran transparencia aportada por el acristalamiento en su envolvente, así como la utilización de madera en el piso, crea un efecto visual que pareciera que el paisaje circunvecino está dentro de la misma habitación, dando una sensación de mucha más calidez y acogimiento.
El baño mantiene la línea de materiales y acabados, con un diseño moderno con tendencia minimalista, en el cual el número de elementos se mantiene al punto de satisfacer las necesidades esenciales, tanto funcionales como estéticas, dando como resultado un ambiente puro, elegante y contemporáneo. Todo esto va de la mano con la conceptualización de todo el proyecto en general, dando como producto final, una casa que parece haber salido de un sueño.
Antes y después de 5 fachadas: ¡transformaciones irreconocibles!