Para quienes se sienten atraídos por la renovación continua y no dejan pasar las tendencias de decoración sin hacerlas propias, un dormitorio de revista puede ser una fruta muy tentadora.
Imaginemos esas recámaras que no tienen desperdicio, donde cada detalle está pensado para lucirse y en las que descansar se transforma en una aventura para los sentidos y las emociones.
Hoy queremos llevarte de paseo por diez versiones ejemplares de dormitorios, que seguro te dejarán sin aliento; estilos variados que resumen un espacio tan íntimo y personal como quien reposa en él.
¡Esperemos que lo disfrutes inspirándote!
La pregunta siempre será lograr ese equilibrio entre lo simple y lo complejo. Las recámaras que tienden a ser exponentes de detalles mínimos, hacen del sentido de la espaciosidad su premisa más importante.
Por sobre todo, el blanco, emblema de purismo y luminosidad.
Atreverse al color y a nuevas texturas es una premisa para un dormitorio sobresaliente. Lo importante es ese sentido de luminosidad que le es inherente y que lo hace vital.
Una intención oriental en la composición lo hace ejemplarmente distinto y sencillo a la vez.
Lo simple siempre se nutre de cada detalle que lo rodea y hace que todo vea rico y lleno de sentido. La mirada del mediterráneo trae a este dormitorio sus brisas frescas y luminosas.
Como una ventana desde la que se divisa el mar, un nuevo cielo azul se abre.
El estilo clásico siempre es un festival de elegancia y refinamiento. Este dormitorio de Estudio Nicolas Pierry ha sabido tomar lo mejor del diseño más conservador y darle un sentido más moderno.
Los colores neutros y los grises son la amalgama perfecta para armonizar lo solemne y lo inmutable.
Los más atrevidos siempre asumen los riesgos con hidalguía porque no se asustan por nada, El estilo ecléctico puede dar resultados variados y enriquecerse con esa multiplicidad de componentes.
A simple vista es posible que no se entienda, en su interior todo empieza a tener sentido en su composición.
La textura suave y clara de la madera es el escenario ideal de un dormitorio rústico. Sin embargo, no todos son de revista.
Aquí se suma la sutil textura de los textiles que imponen su calidez y ligereza para iluminar la composición.
Lo industrial tiene su encanto. Tal vez uno se lo imagina despojado, con el hormigón a flor de piel y frío.
Sin embargo, ese espacio puede ser el detonador de un nuevo universo lleno de diseño creativo e integrador. El metal cobra vida y se hace amigo de la madera.
Lo femenino tiene su impronta. Es rico en texturas suaves y turgentes y se enamora de paletas que tienden a darle calidez al dormitorio.
Un cabecero de cuento infantil donde las princesas duermen en cajas de cristal ayuda a crear un reino íntimo y sumamente interior como el universo de la mujer.
Un dormitorio moderno que nos maraville con su diseño atrevido, es lo que se necesita para ser único.
Si al concepto intimista de una recámara le sumamos el hecho de poder aislarlos y refugiarnos en ella cuando nos plazca simplemente deslizando unas puertas de papel, se transforma en el paraíso.
Para terminar, la simpleza del diseño nórdico. Las maderas claras nunca dejan de estar en estas composiciones muy básicas y cálidas.
Lo importante es que la luz natural sea un componente esencial que inyecta vida y sutileza a este dormitorio tan encantador como su paleta cromática.