Cuadros para el dormitorio: dormir con mucho arte

José Manuel Peñalver Romero José Manuel Peñalver Romero
Apartamento lujo en Rio Real Golf, Marbella, Espacios y Luz Fotografía Espacios y Luz Fotografía Mediterranean style bedroom
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Los dormitorios son el lugar más acogedor de la casa. Al menos esa es la intención inicial cuando estamos decidiendo con qué estilo lo vamos a decorar. Sea cual fuere éste, hay muchos muebles y objetos que podemos incorporar que añadan un contrapunto decorativo. Los cuadros son uno de esos añadidos que ayudan a vestir un dormitorio y según sea el motivo del cuadro y su tamaño, pueden incluso convertirse en el protagonista del mismo. Por eso hay que medir muy bien, nunca mejor dicho, nuestra elección para que no se nos vaya la mano a la hora de elegir el tipo de cuadro que queremos colgar. En cualquier caso, siempre se puede descolgar. Como te podrás imaginar, estilos hay tantos como la historia del arte ha ido dejando a su paso. Desde lo más primitivo, al pintor más vanguardista que expone en la galería que hay en el centro de tu ciudad. Lo mejor es que veamos algunos ejemplos y la temática de los mismos para que decidas si quieres dormir con arte o no.  

Casticismo puro

Comenzamos asomándonos a un apartamento del castizo barrio de La Latina, en Madrid. La mujer sentada a la ventana que nos muestra el cuadro recoge el espíritu costumbrista de antaño de uno de los barrios con más tradición de la capital de España. Un casticismo que también lo vemos presente en las imágenes en blanco y negro de los demás retratos que hay en la repisa.

Un toque de color

En este otro dormitorio dominado por el blanco, unos serie de cuadros del mismo tamaño y alineados entre sí, ponen una nota de color. El marco blanco sigue el mismo juego que el resto de la decoración pero su contenido, diferente en cada uno, alegra la atención desviando hacia ellos la mirada.

Revelando elegancia

En contraposición a la imagen anterior, también es buena idea colocar diferentes cuadros de distinto tamaños componiendo un lienzo rectangular. En este caso, se trata de diferentes fotografías en blanco y negro enmarcadas con paspartú que combinan perfectamente con los tonos claros y oscuros del resto de la decoración. Una elección que revela mucha clase y muy buen gusto.

El hombre y la tecnología

El cabecero es uno de los lugares susceptibles de ser utilizado como sostén de un cuadro. Es importante sentirse cómodos con el estilo visual elegido para el cuadro porque lo veremos a diario todas las noches. En un dormitorio moderno, como el de la imagen, donde la tecnología audiovisual está muy presente, se ha elegido un cuadro que deja libre la interpretación de la figura humana que aparece en él. Quizás se revele su significado en los sueños.

A juego con la ropa de cama

Los criterios para elegir un cuadro que le vaya bien a nuestro dormitorio son muy variados. Uno de ellos puede ser tener en cuenta nuestro color favorito. Si es el fucsia, podemos utilizar la ropa de cama con algún detalle en ese color para que combine con el cuadro. Así creamos un vínculo entre el cuadro y la cama que deja en el ambiente una personalidad cromática bien definida.

A toda vela

Está claro cuál es la influencia dominante en este dormitorio. El azul marino en una de las paredes y en el complemento de cama y los dos veleros del cuadro de la pared del cabecero llevan a muy buen puerto la decoración de este dormitorio. El viento siempre ha soplado a favor. La navegación es una afición muy específica, seguro que tú también tienes la tuya y puedes decorar tu dormitorio siguiendo su estilo.

Rompiendo con lo clásico

Si no fuera por el cuadro que cuelga encima del cabecero de esta cama, este dormitorio sería un ejemplo de clasicismo en estado puro. Tan marcado es el carácter de las mesitas de noche, el cabecero y la ropa de cama que las pinceladas abstractas del pintor Jaume Reyes han de hacer un cierto esfuerzo para llamar la atención sobre ellas y romper así con el poso de clasicismo que las rodea. Eso sí, sin perder exquisitez ni elegancia.

El hombre de la pared

En este otro dormitorio mediterráneo, encajado entre un balcón y una división acristalada que da a un patio interior, vemos un sencillo cuadro, como si de un dibujo infantil se tratara, que atrae la atención por sus colores rojos y anaranjados que contrastan con el blanco y verde dominantes de la habitación. La incorporación de un cuadro es una forma de contrarrestar la presencia masiva de un color o una tonalidad. Y con muy buen resultado, por cierto.

¿Amanecer o puesta de sol?

Los tonos neutros de paredes y mesillas resaltan mucho más el contenido, casi místico, del cuadro de la pared. Los cielos y el sol entre las nubes siempre sugieren una interpretación más trascendente de la vida. El amanecer de una nueva etapa o el hipnotismo de un maravilloso atardecer siempre son temas seguros, el arte, en este caso, lo pone la mismísima naturaleza. Y el estudio de interiorismo de Laura Yerpes.

Al desnudo

Los desnudos en pintura son una temática recurrente para los dormitorios. Más o menos explícitos, dependiendo del atrevimiento del artista, se asocian al lugar de la casa en el que nuestros cuerpos y nuestras almas se comparten con la pareja sinceramente y en la máxima intimidad.

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