¡Las 7 claves de la decoración escandinava!

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Práctico, cómodo y divertido, el estilo escandinavo, también conocido como estilo nórdico es, desde hace ya varios años, una de las tendencias más populares en los hogares de aquellos que, lejos de no mostrar interés por el diseño, apuestan por propuestas funcionales y adaptadas a sus necesidades. De corte minimalista, esta tendencia surgida a principios del siglo XX, ha sabido hacerse un hueco en los estudios de decoración e interiorismo de todo el mundo. 

Más allá de la fama que el estilo escandinavo debe a la multinacional sueca IKEA, lo cierto es que los principios básicos de esta corriente son tan sencillos que, su incorporación al hogar, resulta casi un juego de niños. Teniendo en cuenta que se trata de una tendencia originaria de los países nórdicos, esto es, Noruega, Suecia y Dinamarca, la búsqueda de la luz y su aprovechamiento máximo se convierte en una premisa fundamental a la hora de crear espacios de estilo escandinavo. 

Las líneas rectas, los colores suaves, los materiales naturales o una cuidada selección de textiles de todo tipo son algunas de las características que completan las claves básicas de un estilo con unos rasgos muy marcados. En homify te proponemos un repaso por las principales reglas que has de seguir para conseguir interiores de estilo nórdico. 

1. Gusto por la ​sencillez

Si hay un rasgo que defina a la perfección el estilo escandinavo es la sencillez. El gusto por la simplicidad de los elementos que componen cada una de las habitaciones así como su distribución marca la hoja de ruta a la hora de crear espacios de corte nórdico. La funcionalidad domina los elementos de las diferentes estancias aunque ello no suponga, en ningún caso, la configuración de espacios aburridos o monótonos. Pese a compartir con el minimalismo el gusto por prescindir de lo innecesario, el estilo escandinavo aprovecha cada rincón para atender nuestras necesidades y no es extraño encontrar en espacios diseñados al amparo de esta corriente, muebles a medida o adaptados a las características particulares de la estancia que ocupan.

2. Muebles poco recargados

La sencillez se proyecta también en el mobiliario de estilo escandinavo cuyas piezas comparten como rasgos principales el gusto por las líneas rectas (combinadas a veces con suaves curvas) y, en muchas ocasiones, una altura reducida (si conoces el catálogo de la multinacional sueca de referencia sabes a qué nos referimos). La finalidad no es otra que crear habitaciones de aspecto amplio que combinen a la perfección la estética y el sentido práctico. En la mayoría de los casos, el blanco es el color preferido para el mobiliario aunque no es extraño encontrarlo combinado con la madera natural o emplear conjuntos con ciertas notas de color en el que alguna de las piezas rompa el ambiente monocromático añadiendo un poco de alegría a la escena.

3. Colores claros y tonos pastel

El blanco es el color más popular en el estilo escandinavo, una opción que puede apreciarse, como ya hemos señalado, tanto en las paredes como en los propios muebles. Los tonos claros, en general, suelen estar muy presentes en la decoración de corte nórdico,siendo el gris o el beige las principales combinaciones con la pureza del blanco. Sin embargo, no es extraño encontrar detalles en colores fuertes tanto en piezas del mobiliario como en ciertos accesorios, por ejemplo, en los textiles.

4. La importancia de la luz

Las escasas horas de luz en el norte de Europa, cuna del estilo escandinavo, son las responsables de otra de sus características principales. La búsqueda de la luz es una constante de esta corriente que apuesta por el aprovechamiento máximo de los recursos naturales con grandes ventanales y combinaciones que permitan crear habitaciones luminosas. El dominio del color blanco tanto en paredes como en techos y muebles, ayuda a crear esa atmósfera luminosa aunque, la iluminación artificial, tanto directa como indirecta, también está muy presente para combatir la oscuridad de las noches y los días nublados.

5. La madera por encima de todo

La madera es el material preferido dentro del estilo escandinavo aunque, en la mayoría de los casos, se trata de una materia prima particular: madera laminada, un material versátil y fácilmente moldeable ideal para diseños atractivos que no pierden su carácter sobrio y funcional. Junto a ella aparecen además, protagonizando los escenarios de corte escandinavo, la piel o el cuero, así como el lino, el algodón o la lana para los textiles. 

Desde Rusia, la firma Int2architecture propone este estudio en el que las características del estilo  escandinavo están perfectamente representadas. La presencia de los materiales propios de esta tendencia es patente en cada una de las piezas del mobiliario a las que, además, acompañan otras claves de la corriente nórdica. El papel que juega la luz natural o la introducción del color a través de los textiles así como la diferenciación de espacios con un revestimiento en azul oscuro para techo, suelo y pared completan esta habitación de cualquier hogar del norte de Europa.

​6. Elementos naturales

Los elementos naturales son otro detalle que no falta en el estilo escandinavo. La incorporación de plantas es un recurso muy utilizado por esta corriente ya que, además de añadir ese punto de vitalidad a estancias puras, aportan una nota de color y un aspecto muy natural. Por otro lado, ya hemos comentado que  la madera es el material preferido por excelencia para muebles y accesorios varios aunque no es el único y a ella se añaden las fibras naturales de los textiles.

7. Notas de color en la decoración

Un último aspecto a tener en cuenta en la decoración nórdica es la importancia de los pequeños detalles. Los textiles suelen formar parte del catálogo de 'imprescindibles' del estilo escandinavo que apuesta por las cortinas, mantas, alfombras y cojines como parte de un decoración originaria de países fríos. Este tipo de complementos aportarán calidez a tus estancias al tiempo que puedes aprovecharlos para introducir las notas de color de las que te hablábamos anteriormente. 

En una corriente que prescinde de lo accesorio en materia de mobiliario, el gusto por los cuadros o portarretratos es habitual y no es extraño encontrar grandes obras de arte o conjuntos de marcos pequeños decorando las estancias. La evolución de esta corriente nórdica ha supuesto además la incorporación de otros elementos dentro de la decoración escandinava como pueden ser piezas en cobre o latón. A ello se suma también la combinación de este estilo con artículos vintage, muebles de estilo industrial o artículos surgidos de la corriente de upcycling design.

Más allá de las características básicas del estilo escandinavo, si lo que buscas es aplicarlo a una estancia concreta de tu hogar, puedes encontrar propuestas interesantes en nuestro libro de ideas: 5 interiores de estilo escandinavo.

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