¿Cómo decorar la entrada?

María Bausán María Bausán
Tapeten, Peer Steinbach - Raumaustattermeister mit Stil Peer Steinbach - Raumaustattermeister mit Stil Walls & floors
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Tal y como dice su nombre, la entrada o recibidor es el lugar en el que recibes a tus invitados, la primera impresión que ellos van a llevarse de tu hogar. Por eso, es importante saber qué quieres transmitir. Lo que tu entrada diga de tu casa, marcará una tendencia, por eso hay que ser consecuente con el resto del hogar (o al menos con la habitación contigua, que en muchas ocasiones es el salón). Además, es importante conseguir un ambiente acogedor y cálido, un lugar que diga: bienvenidos, sentiros como en vuestra propia casa.

Todo esto en un espacio que no siempre es de por sí un lugar confortable. Muchas veces, la entrada pierde metros en favor de otras habitaciones, y se convierte en un mero punto de unión de habitaciones, un estrecho pasillo, o un espacio oscuro que no invita a explayarnos con la decoración. 

Entonces, ¿cómo lo hacemos? He aquí algunas claves para decorar nuestra entrada. 

Papel pintado

La entrada es un lugar estupendo para poner papel de pared. Aporta un toque de color y al tratarse de un espacio pequeño, se puede jugar con los colores estridentes, sin miedo a que nos saturemos. Elegir el papel pintado para la entrada, sin embargo, puede llegar a ser más complicado de lo que en un principio parece: ¡Hay tanto donde escoger! 

Para no volverse locos, lo mejor es tener claro cómo irá el resto de la decoración, y de esta forma limitar nuestra búsqueda. Si tenemos claro el estilo y el color de los muebles, eso nos dará la clave para saber qué papel de pared es perfecto para nuestra entrada.

Si quieres leer más sobre papel pintado lee este libro de ideas.

Antigüedades

El recibidor de la entrada siempre ha sido un mueble perfecto para colocar adornos. Se trata de un expositor ideal para aquellos objetos a los que les tenemos especial cariño, y que queremos lucir ante nuestros invitados. Es el caso de las antigüedades: relojes antiguos, teléfonos y un clásico que nunca puede faltar: la máquina de escribir. Si, aunque sea muy vieja, aún funciona la tinta, puedes colocar un folio y animar a tus invitados a que te dejen mensajes. De esta forma tendrás un libro de visitas con mucho encanto. En esta entrada, además de la máquina de escribir, el suelo también aporta un carácter especial. Baldosas geométricas en tonos grises, que casan muy bien con el color metálico de los objetos antiguos. 

La clave está a nuestros pies

Si como en esta fotografía, nuestra entrada, más que un recibidor es un distribuidor de espacios, será complicado que podamos encontrar espacio para poner algún mueble. Sin embargo, eso no significa que tengamos que descuidar esta parte de la casa. Podemos aportar calidez con los colores de la pared, colgar algún cartel, cuadro o decoración, o simplemente sorprender a los invitados con un suelo que llame la atención y que les haga olvidar las estrecheces del espacios. En esta entrada, los azulejos y el potente color verde son los verdaderos protagonistas.  

Puedes leer más sobre azulejos pinchando aquí.

La fuerza del color

Pintar las paredes de la entrada de colores intensos puede aportar un poco de alegría a un espacio que no siempre recibe toda la luz que nos gustaría. En este recibidor la pared se ha pintado de azul y se ha elegido un mueble negro como contraste. Además hay otras maneras de llenar de color la entrada: adornos, jarrones, cuadros… Todo vale cuando se trata de dar una pizca de alegría al lugar donde decimos adiós a las visitas. 

Con clase

Un toque de elegancia nunca está de mas en cualquier entrada. Aquí se han cuidado todos los detalles, desde el espejo, pieza que no debería faltar nunca en una entrada, hasta los candelabros de la pared, todo a juego con las sillas y la mesa, de madera lacada. Con respecto al espejo, este siempre es un elemento muy útil, no solo para saber con qué aspecto salimos de casa, también para ampliar un espacio al que, por lo general, no le sobran nunca metros. 

Flores

No importa lo pequeña que sea tu entrada, o si esta se confunde con el pasillo: con pequeños detalles podemos hacerla más acogedora. Aquí se han colocado unos cuadros que rompen la monotonía del blanco, y un jarrón con brillantes flores rojas, que convierten la llegada a casa en un momento aún más placentero. 

Sobriedad y practicismo

Si somos de los que obligamos a nuestros invitados a quitarnos los zapatos antes de entrar en casa, entonces no podemos prescindir de un zapatero a la puerta. Si además, como este, también nos permite colgar abrigos, entonces estamos ante un mueble imprescindible en la entrada. Este modelo es original y llamativo, por lo que no necesita mucho más y permite que a su alrededor todo pueda ser mucho más sobrio, con una pared oscura de estilo industrial.

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