Antes y después: ¡la fabulosa transformación de un salón lleno de estilo!

La estética clásica recorre el salón que nos ocupa en este proyecto de antes y después. Los muebles de madera disponen de un aspecto tradicional que, con el paso del tiempo, había quedado obsoleto. Tampoco ayudaban demasiado el resto de elementos presentes en la composición tales como el espejo, la alfombra o algún que otro accesorio decorativo que salpica la escena. Lo que antaño trasladara un carácter singular, se había esfumado hasta perder todo su atractivo. 

Desde esta otra perspectiva puede apreciarse más al detalle la zona reservada al salón propiamente dicho. Dos sofás de dos y tres plazas componen una distribución en L de la zona estancial, todo ello vestido con un tono verde oliva apagado que, sin embargo, permitía adivinar ciertos rasgos de personalidad de los propietarios. La distribución de cojines y elementos decorativos de toda índole denotan un gusto por los detalles que los profesionales responsables del proyecto supieron rescatar para conseguir un resultado final espectacular. 

Una vez analizado el punto de partida del proyecto en cuestión, los diseñadores y decoradores de interiores prepararon todo para presentar una propuesta sólida y atractiva a los propietarios. La búsqueda de ideas e inspiración dio como resultado una composición llena de detalles que, en forma de lámina, ofrecieron a los clientes con el fin de intercambiar ideas y buscar su aprobación para poner en marcha el proceso de transformación. El diálogo no pudo ser más productivo. 

Fruto del entendimiento entre profesionales y propietarios vio la luz la increíble transformación de este salón. Respetando cierta inclinación a la estética clásica, el espacio se percibe como un escenario moderno, cómodo y con gran atractivo, que apuesta por una paleta cromática totalmente diferente para añadir encanto a la composición. La pared que hace de telón de fondo del sofá principal se vistió de azul y se renovaron los asientos sin perder de vista la estética clásica original. 

Muchos de los elementos presentados en ese intercambio de ideas previo con los clientes terminaron por formar parte del proyecto final algo que, en definitiva, se tradujo en la incorporación de patrones y colores alegres que dan una nueva personalidad a la sala. 

Una de las señas de identidad que, en origen, mostraba este salón, era el gusto cuidado por los pequeños detalles y accesorios decorativos. Esa inclinación al cuidado de los matices se respetó en el proyecto de transformación y buena prueba de ello es la cantidad de objetos que colonizan la sala realzando su belleza. Puedes verlo, por ejemplo, en el delicado porta velas que decora la pared o la sutileza con la que las plantas añaden un toque de frescura a la estancia. 

Otro de los elementos que denota una personalidad única es el pequeño piano que se cuela en la escena. Más allá de su funcionalidad, esta pieza es capaz de dotar de un alma singular a la estancia, al tiempo que traslada un gusto por los ambientes refinados. 

Ya sea para disfrutar de un concierto privado o, sencillamente, para esperar que alguna visita deleite los oídos de sus propietarios, este piano es, sin duda, un recurso altamente atractivo que, pese a lo clásico de su aspecto, encaja a la perfección en el diseño moderno de este salón.

Volvemos a los detalles para llamar la atención sobre la última cuestión que reclama nuestra atención en este proyecto de antes y después. Los matices resultan de suma importancia en la riqueza de un proyecto que engrandece la estancia a golpe de refinamiento y distinción. El centro de mesa se ha transformado en una composición en forma de bandeja y velas, objetos estos últimos, que salpican toda la sala acompañando a otros recursos de indudable belleza. 

El proyecto incluyó además un guiño a la propuesta decorativa original manteniendo ese juego de patrones y colores en los cojines que colonizan los sofás. Sencillamente, espectacular.