De casa corriente a vivienda de impresión

rustic by homify, Rustic
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¿Cómo puede una reforma transformar radicalmente la fachada de una casa sin cambiar la estructura de la misma? La respuesta la hemos encontrado en este espectacular proyecto de Lliberós Arquitectos fotografiado por Germán Cabo. Desarrollado en 2012, la intervención planteaba una reforma integral de un viejo chalet construido a finales de los años setenta en Riba-Roja, Valencia. Y aunque el interior también se transformó totalmente, la gran metamorfosis se vivió en la fachada, donde el convencional porche de entrada fue sustituido por uno de piedra que cambia radicalmente la visión de la casa, dándole un aire rural que oculta un interior funcional y moderno. 

¡Veamos paso a paso la sorprendente transformación de esta casa con porche!

Antes: un porche convencional

Desarrollada en una sola planta, esta casa se extendía a lo largo de un enorme jardín con piscina que también va a sufrir un gran cambio con la reforma. Pero ahora nos fijamos en la entrada a la vivienda, un porche un poco anodino y sin personalidad. Además, una de las ideas de los propietarios era ampliar este espacio para hacerlo más amplio y cómodo en su uso diario. Crear una terraza con vistas al jardín y la piscina donde poder disfrutar en amor y compañía de las agradables noches de verano. 

Después: el porche de piedra

La reforma hizo exactamente lo que se buscaba: ampliar el porche por los laterales y como consecuencia alargando también el tejado que lo cubre. De esta forma, el porche pasa de ser un mero espacio de tránsito a convertirse en un lugar cómodo y agradable donde estar y disfrutar. Además, también se ensanchó la escalera de acceso, haciendo este más cómodo y funcional. 

Sin embargo, el cambio fue más allá. Al revestir de piedra la fachada principal, sustituir las columnas que sostienen el tejado por otras de madera y aumentar el murete de piedra en el que el porche se eleva, se consigue un efecto más acogedor y rústico.

De piedra… y de madera

Observamos el porche desde uno de los laterales para ver más en detalle el entramado estructural de estilo rústico que lo sostiene. Desde aquí, vemos que la piedra no es la única protagonista de esta intervención, ya que la madera también tiene un papel importante: además de las columnas, una serie de vigas de madera recorre el techo del porche como si ante una vieja casa de pueblo nos encontráramos.

Antes: un jardín poco cuidado

Para seguir viendo los cambios que esta reforma ha perpetrado en la vivienda, tenemos que volver otra vez atrás, para echar un vistazo al aspecto del jardín antes de la misma. El amplio espacio exterior con el que cuenta la vivienda da para mucho. Antes, había una zona para jugar al baloncesto, y una piscina que se elevaba ligeramente de la zona pavimentada. La idea era crear un espacio más sofisticado en la zona exterior y modernizar la piscina.

Ahora: un jardín con encanto

Varias aspectos influyen en el cambio sufrido por el jardín. Por un lado, se ha pavimentado el terreno que antes estaba simplemente cementado. Por otro, las zonas verdes se han acotado con piedra, para continuar con la línea marcada con el porche. La piscina también ha cambiado radicalmente. Se trata de una cuestión de diseño, que ahora es más dinámico y fresco, aunque también nos referimos a la elevación de la misma, que ahora va siendo gradual y menos pronunciada.

Antes: un acceso un poco inquietante

Volvemos atrás en el tiempo para contemplar otra fotografía del estado previo a la reforma. Lo que vemos es la puerta de acceso desde la calle, aunque vista desde dentro. Con un estilo muy característico de los chalets construidos en la década de los setenta, el aspecto de la valla se veía ya un poco desfasado. 

Ahora: perfecta simetría

Acorde con los cambios realizados en el porche, la valla se ha modificado sustancialmente. Su aspecto va en línea con lo creado en le resto de la vivienda: muros de piedra con aire rústico y elegante al mismo tiempo. También el jardín se ha recuperado, replantando el césped, que ahora se ve más vivo y lleno de color.

¿Y el interior?

Abandonamos la zona exterior de la casa para colarnos en algunas de sus habitaciones. Aquí dentro, la reforma ha sido integral, rediseñando espacios y creando un interiorismo más acorde con las nuevas tendencias. En la cocina se prima la amplitud, que da comodidad y hace más funcional la habitación. Para ello se ha buscado no atiborrar el espacio con muebles y elegir el color blanco, tanto en ellos como en los revestimientos de pared. Solo la encimera, de un tono magenta, da una pincelada de color a la estancia.

Un baño con mucha luz

En el baño también se prima la luz y el espacio, con el uso de colores claros en el mobiliario. La zona destinada a la bañera, justo la que tiene la ventana, se ha permitido jugar con los tonos más crudos, grises y crema, en un alicatado de línea moderna que delimita bien la zona más húmeda de la habitación. 

Hasta aquí esta reforma de casa con porche. Pero si quieres seguir leyendo sobre reformas sorprendentes, no te pierdas Una casa de ensueño en Valencia.

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