homify 360°: un convento histórico convertido en hotel de lujo en Portugal

María Bausán María Bausán
"Paraíso terrenal, una verdadera obra de arte", Finitura Interioristas Finitura Interioristas Other spaces
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Hay lugares que nos envuelven con un encanto atemporal y en los que más que turistas, nos sentimos viajeros a través de una máquina del tiempo. Una de esas ciudades maravillosas está muy cerquita, en la vecina Portugal. Apenas a una hora de Lisboa se encuentra Évora. Pasear por sus calles es viajar desde la Antigua Roma al Renacimiento más brillante. Entre sus callejuelas empedradas se ocultan tesoros arquitectónicos que no dejarán indiferente al visitante. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, este reconocimiento significó la entrada de más medios de financiación y la conciencia de que había que reformar muchos de los edificios e impedir que acabarán en estado ruinoso. 

Uno de esos monumentos es el que hoy protagoniza nuestro homify 360°: el Convento do Spinheiro, un llamativo edificio del siglo XV que fue restaurado por el estudio Sergio Castro Arquitectura. El proyecto no solo consistía en salvar del estado de ruina el convento, también ampliarlo, cambiar su uso y convertirlo en un lujoso hotel donde la belleza de lo antiguo se mezclara con las comodidades de lo moderno. Un trabajo impecable que nos permite transportarnos a otra época y disfrutar de la belleza sin igual del Alentejo portugués.

Una fachada que reluce

Évora se encuentra a una hora del mar, pero observando esta impoluta fachada blanca es fácil imaginarse el olor a sal y escuchar el sonido de las gaviotas. Se trata de un edificio del siglo XV, con elementos clásicos y renacentistas. Como convento que era, se trata de una fachada sobria, donde apenas hay ventanas, pero las que hay tienen un encanto especial. La reforma ha conseguido devolverle todo su esplendor. A la puerta, dándonos la bienvenida, un olivo nos recuerda que nos encontramos rumbo al sur. 

Un claustro que es una terraza

Los altos muros del convento impedían ver la calle, pero no el cielo desde el patio de este claustro. La reforma ha convertido el silencioso claustro en una bulliciosa terraza desde la que sentarse tranquilamente y disfrutar de las maravillosas vistas del conjunto arquitectónico. Se han dejado los pilares en piedra, mientras que el resto mantiene el color blanco de la fachada. La visión de este claustro es especialmente llamativa durante la noche, ya que la iluminación de las arcadas y el campanario crean un ambiente tan místico como misterioso. 

Una sutil ampliación

La finca en la que se encuentra el hotel abarca no solo el espacio del edificio principal del convento, también las tierras colindantes pertenecientes al mismo. Este espacio se ha utilizado para construir un gimnasio, una piscina y centro de spa, sala de reuniones, y espacios ajardinados como el que vemos, donde llevar a cabo un desayuno de película. La ampliación, que arranca del edificio principal, es fiel en el uso del color y se adapta de una manera sutil al ambiente. Moderno, de líneas rectas, su presencia discreta no resta protagonismo al impresionante edificio antiguo. 

Un depósito de agua convertido en bodega

En el subsuelo del edificio se encontraba un depósito de agua que tras la restauración se ha convertido en una bodega de lujo. El espacio es perfecto para mantener los mejores caldos, ya que no se filtra la luz del sol y se mantiene siempre con una temperatura invariable y fresca. Pero además, es un lugar perfecto para degustarlo. Sus arcos ojivales y la misteriosa iluminación crean un ambiente único para disfrutar de la mejor copa de vino. 

De la austeridad al lujo

Si los monjes que habitaron las austeras habitaciones del convento pudieran ver en qué se han convertido ahora, estamos seguros de que romperían el voto de pobreza sin pensárselo dos veces. Estas lujosas suites se han decorado con un estilo barroco, donde predominan las cortinas pesadas, los cabeceros recargados y los complementos dorados. Pero sin duda, uno de los mejores placeres del dormitorio no habita en su interior, sino al otro lado de la ventana, donde se observa el extenso jardín que, como un paraíso terrenal se extiende sobre nosotros. 

La suite no se acaba en el dormitorio, sino que ofrece un verdadero y lujoso salón donde no falta detalle: una araña que cuelga del techo, un espejo repleto de dorados, cuadros con escenas bucólicas, un sofá de terciopelo y muebles de madera maciza.

Lujos modernos

En la ampliación del edificio se proyectó también una zona de bienestar, que incluía una gimnasio, una piscina y una zona de spa exclusiva. En estas instalaciones es el entorno el que se convierte en un verdadero monumento, con unas vistas que ayudarán a encontrar el relax que todos buscamos en nuestras vacaciones.

Te dejamos aquí otro libro de ideas para que descubras otros rincones donde tener unas auténticas vacaciones de relax.

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